Countries<Spain<Galicia<La Coruña< Torre de Hércules
The Tower of Hercules serves as a lighthouse and emblem of the entrance to the port of A Coruña, located on a rocky promontory overlooking the waters of the Atlantic. It is a construction of Roman origin which, under the name of Farum Brigantium, saw the light of day in the 1st century AD and has preserved a large part of its original structure and has maintained its function almost intact to the present day. It is the only one of all the lighthouses that guided Roman navigation that has survived, and it has not ceased to fulfil its original function as a maritime signal. It is therefore a witness to navigation systems since Antiquity and was declared a World Heritage Site in 2009. Its existence allows us to learn about the evolution of the Atlantic maritime routes in Europe, from Roman times, through the Middle Ages and up to the important development that took place in Modern and Contemporary times.
It is a quadrangular tower almost 57 metres high from the foundations, of which 37.60 metres correspond to the Roman masonry, which is of extraordinary quality. This structure is divided into three levels, each with four vaulted chambers. In 1789, under the reign of Charles III, the lighthouse was restored in an exemplary manner by the military engineer Eustaquio Giannini, who covered the Roman core with new façades and built a new lantern, adapted to the most modern maritime signalling systems.
To all these architectural values, we must add others of an immaterial nature, such as the stories relating to the origin and authorship of the lighthouse, which from the Middle Ages to the 19th century have been about Hercules, the Celtic warrior Breogán or the monk Trecenzonio.
La Torre de Hércules sirve como faro y emblema de la entrada del puerto de A Coruña, situado sobre un promontorio rocoso que domina las aguas del Atlántico. Se trata de una construcción de origen romano que con el nombre de Farum Brigantium vio la luz en el siglo I de nuestra era y hasta la actualidad ha conservado una buena parte de su estructura original y ha mantenido casi intacta su función. Es el único de todos los faros que orientaban la navegación romana que se conserva, y que además no ha dejado de cumplir con su función original de señal marítima. Es por lo tanto un testigo de los sistemas de navegación desde la Antigüedad y fue declarado Patrimonio Mundial en el año 2009. Su existencia nos permite conocer la evolución de las rutas marítimas del Atlántico en Europa, desde época romana, pasando por la Edad Media y hasta el importante desarrollo que se produjo en época Moderna y Contemporánea.
Se trata de una torre de planta cuadrangular de casi 57 metros de altura desde la cimentación, de los cuales 37,60 metros corresponden a la fábrica romana que es de una extraordinaria calidad. Esta estructura está dividida en tres niveles y cada uno de ellos en cuatro cámaras abovedadas. En 1789, bajo el reinado de Carlos III, el faro fue restaurado de modo ejemplar por el ingeniero militar Eustaquio Giannini que recubrió con nuevas fachadas el núcleo romano y construyó una nueva linterna, adaptada a los más modernos sistemas de señalización marítima.
A todos estos valores arquitectónicos, debemos sumar otros de carácter inmaterial, como son los relatos relativos al origen y autoría del faro, que desde la Edad Media hasta el siglo XIX han versado sobre Hércules, el guerrero celta Breogán o el monje Trecenzonio.