Countries<Spain<Castilla-La Mancha<Toledo< Ciudad histórica de Toledo
Known as the "city of three cultures", Toledo preserves extraordinary testimonies of different civilisations that have disappeared over two millennia. Toledo was successively a Roman municipality, a Visigothic capital, part of the Emirate of Cordoba, a decisive place in the Christian Reconquest and the temporary seat of the court during the reign of Charles V. Its present-day appearance is due to the superimposition of all these influences and the coexistence of three great cultures: Jewish, Islamic and Christian. The city also attracted great artists of universal renown, such as Domenikos Theotokopoulos, El Greco, who lived in Toledo from 1577 until his death.
Toledo is located in the centre of the Iberian Peninsula, on a high rock surrounded by a wide meander of the Tagus River. Its origins date back to prehistoric times, although the first mention of the city appears in Roman times, under the name of Toletum. In 513 it was declared the capital of the kingdom by King Leovigild and became the episcopal see. During the Muslim domination it lost its status as the capital, although it reached very high cultural, social and religious levels. In 1083 it was reconquered by Alfonso VI, temporarily hosting the Court. In the 13th century, King Alfonso X created the Toledo School of Translators, a good example of the cultural exchange and dynamism of the city. During the reign of Emperor Charles V, the city reached one of its moments of greatest splendour. After Philip II decided to establish the capital of the kingdom in Madrid, Toledo suffered a period of certain decline, which lasted for the following centuries.
All these historical moments have left their mark on Toledo's heritage, which has survived to the present day. Of the Christian Toledo, its Alcázar fortress, the Cathedral of Santa María, churches, convents and monasteries such as San Juan de los Reyes stand out. From its Moorish past, the urban fabric of narrow, winding streets and mosques such as the mosque of Cristo de la Luz, made of brick and masonry, interlaced arches and wooden roofs, have been preserved. The Jewish presence can be traced in the Synagogues of El Tránsito and Santa María la Blanca.
La conocida como “ciudad de las tres culturas” conserva extraordinarios testimonios de diferentes civilizaciones ya desaparecidas a los largo de dos milenios. Toledo fue sucesivamente un municipio romano, capital visigoda, formó parte del Emirato de Córdoba, un lugar determinante en la Reconquista cristiana y sede temporal de la corte durante el reinado de Carlos V. Su apariencia actual se debe a la superposición de todas estas influencias y a la coexistencia de tres grandes culturas: judía, islámica y cristiana. La ciudad también atrajo a grandes artistas de renombre universal, como Domenikos Theotokopoulos, El Greco, quien residió en Toledo desde 1577 hasta su muerte.
Toledo se encuentra situada en el centro de la Península Ibérica, sobre un alto peñón rodeado por un amplio meandro del río Tajo. Sus orígenes se remontan a la Prehistoria, aunque la primera mención de la ciudad aparece en época romana, con el nombre de Toletum. En el año 513 fue declarada por el rey Leovigildo capital del reino y se convirtió en sede episcopal. Durante la dominación musulmana pierde su condición de capital y, sin embargo, alcanza unas altísimas cotas desde el punto de vista cultural, social y religioso. En el año 1083 fue reconquistada por Alfonso VI, acogiendo temporalmente a la Corte. En el siglo XIII, el rey Alfonso X crea la Escuela de Traductores de Toledo, buena muestra del intercambio cultural y del dinamismo de la ciudad. Durante la época del Emperador Carlos V, la ciudad alcanza uno de sus momentos de mayor esplendor. Desde que Felipe II decide fijar la capital del reino en Madrid, Toledo sufre una época de cierta decadencia, que se prolonga durante los siglos siguientes.
Todos estos momentos históricos han dejado su testimonio en el patrimonio de Toledo que ha llagado hasta nosotros. De la Toledo cristiana destacan su Alcázar, la Catedral de Santa María, iglesias, conventos y monasterios como el de San Juan de los Reyes. De su pasado árabe se conserva el entramado urbano de calles estrechas y sinuosas, y mezquitas como la del Cristo de la Luz, de ladrillo y mampostería, arcos entrelazados y techumbres de madera. La presencia judía se puede rastrear en las Sinagogas del Tránsito y de Santa María la Blanca.